Detalles:

El punto de comenzar esta vereda es la capilla de Nuestra Señora de Guadalupe.  Esta pequeña iglesia existe, gracias a Sra. María Gutiérrez, que obtuvo el permiso de construcción en 1642. En septiembre de 1731, la chapilla fue dedicada a Nuestra Señora la Virgen Guadalupe con una hermosa escultura del siglo 18 de México. No te pierdas la grande pintura en lienzo en la capilla.

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Siguiendo hacia oeste por el barranco, pronto verás las enormes plantaciones de palmeras que dan la bienvenida a esta vereda. Casi toda la pista se retuerce entre gavias (un sistema de cultivación único de Fuerteventura), pozos y molinos y algunos restos de norias (un sistema mecánico usado para sacar agua de los pozos.)

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Pronto llegas a una bifurcación en la pista en un lugar llamado Cuesta de la Villa, la cual sirve como cruce con otra marcada pista que lleva al pueblo de Betancuria. Este cruce también tiene un pequeño lugar de descanso. Sigues a la derecha, la pista lleva hacia el norte a Rincón de Garabato. De este lugar, ya verás las extensivas plantaciones de tunos; estas plantas fueron traídas de las Américas a la isla, donde pronto se esparcieron y eran usadas como fruta comestible y también por la cochinea, un insecto parásito viviendo en los cactus que se cosechaban para hace un
tinte natural. Vuelves por la misma ruta, a menos que prefieras conectar con la vereda que lleva a Betancuria.